domingo, 23 de octubre de 2016

Caminos con corazón

Supongo que a estas alturas ya sabéis que yo no soy partidario de las ensaladas espirituales, que en forma de técnicas de "mejoramiento", terapias "alternativas" o sistemas de "auto-ayuda" son corrientes en nuestra sociedad desde hace unas cuantas décadas. Yo pienso, como dice Nisargadatta, que si quieres encontrar agua, más vale que caves un único pozo, y sigas cavando hasta que el agua aparezca. Si no eres serio, si no tienes una fuerte determinación y una devoción absoluta, no llegarás a ninguna parte en ningún camino espiritual. Desgraciadamente el signo de nuestro tiempo está marcado por la superficialidad, la trivialidad y la banalidad. Un tiempo en el que la espiritualidad se ha convertido en un bien de consumo más para un colectivo que solo busca coleccionar experiencias que les haga sentirse especiales.

No me gusta criticar a nadie. Detesto profundamente cómo me siento cuando lo hago. Pero recuerdo las palabras de Quevedo: "Pues amarga la verdad, quiero echarla de la boca; y si al alma su hiel toca, esconderla es necedad". Y la verdad es que, si queremos llegar a alguna parte, es imprescindible devocionarnos a un único camino, el que sea, siempre y cuando tenga corazón.

A continuación os dejo con las palabras de don Juan, de Carlos Castaneda, a quien estuve muy vinculado en mi juventud.

"Las enseñanzas de don Juan" de Carlos Castaneda (1968)

"Para mí sólo recorrer caminos que tienen corazón,
cualquier camino que tenga corazón.
Por ahí yo recorro, y la única prueba que vale es atravesar todo su largo.
Y por ahí recorro mirando, mirando, sin aliento."


"Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que sólo se hace un hombre muy viejo. (...)
¿Tiene corazón este camino?
Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte.
Son caminos que van por el matorral. Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte.
Ahora (muchos años después) tiene sentido sentido la pregunta de mi benefactor.
¿Tiene corazón este camino?
Si tiene, el camino es bueno; sino, de nada sirve.
Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no.
Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida.
Uno te hace fuerte; el otro te debilita."

DON JUAN

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