lunes, 27 de marzo de 2017

Querido amigo. ¿Estoy preocupado por ti?

Querido amigo. Estoy muy preocupado por ti. Tu situación me afecta, y mucho. Estás, eres, demasiado próximo como para que pueda separarme de ti. Mi sistema de pensamiento, el que practico todos los días, todo el tiempo, desde hace muchos años, me dice que es nuestra mente la que crea nuestras vidas. Nuestra vida es lo que nos decimos a nosotros mismos. Así conformamos lo que luego llamamos "nuestra realidad". Esto no es solo lo que creo, sino también lo que enseño. Mi experiencia personal me dice que eso es cierto...al milímetro. Nadie nos hace nada y nunca nos pasa nada sin nuestro consentimiento. Todo nos lo concedemos. Las razones por las que decidimos una cosa u otra están en nuestra mente, que es algo mucho más vasto que el nivel superficial de la conciencia de vigilia, que es lo que habitualmente identificamos como nuestra voluntad. Y la verdad es que no nos conocemos a nosotros mismos. Sin embargo, hay varias cosas que nos dan valiosas pistas. Son momentos en los que el subconsciente se expresa libremente. Los sueños y los pensamientos que nos vienen cuando meditamos son, de hecho, desahogos del ego inconsciente. Pero sobre todo, la vida. La vida que creemos vivir, las cosas que nos pasan, son... proyecciones de nuestra mente. Una manera que tenemos de hablar con nosotros mismos. El Curso de milagros diría "Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda". En realidad quiere decir que son cosas que tenemos que perdonar, que dejar pasar, que sanar. Dios no nos ha hecho impotentes y sujetos a las circunstancias externas. Nos ha dado el poder y la libertad de hacer de nuestra experiencia lo que queramos esta que sea. No tengo ni idea de qué hay en tu mente, pero mira a tu alrededor, y eso es exactamente lo que hay. Lo que te ocurre es exactamente lo que has decidido darte. Tú, yo, tu hermano...todos.

No sé por qué has decidido concederte la vida que vives, pero estate seguro de que es algo que solo depende de ti. Si quieres que tu vida sea otra, no es que tengas que hacer cosas diferentes, es más bien un asunto que depende de pensar de otra manera. Si tu vida no te gusta, tienes que decidir de manera diferente. Tú tienes todo el poder. Nadie puede hacer eso por ti.  Eres libre y absolutamente poderoso. No eches balones fuera. No le eches la culpa a nadie de lo que te pasa. No te eches tampoco la culpa a ti mismo. Tú eres responsable de lo que te ocurre, no culpable. La culpa es una idiotez, un tipo de droga debilitante que no sirve para nada porque no es verdad. Yo respeto y bendigo cualquier decisión que tomes, porque valoro tu libertad por encima de todo. Si quieres morirte de asco, darte otro ataque de corazón, o ganar el premio Pulitzer, por mí está bien. No tiene nada que ver conmigo. Tu vida nunca ha tenido nada que ver conmigo, ni con nadie. La verdad, sin embargo, es que me gustaría verte sano y feliz, porque en definitiva es lo mismo que quiero para mí. Y en cualquier caso, piensa siempre que te quiero mucho.

Pero, realmente, ¿estoy preocupado por ti? Pues la verdad es que no. Sé con absoluta certeza que no corres ningún peligro, nada malo puede pasarte, porque en realidad eres absolutamente invulnerable. De hecho, eres perfecto, eres tal como Dios te creó, y sigues siendo como has sido y seguirás siendo por toda la eternidad. Lo que veo que te está pasando es que has decidido por un rato olvidarte de saber quién eres.Has decidido experimentar cómo sería sentirse separado de Dios, de mí, de todo. Y eso no es ni bueno ni malo, simplemente es tu voluntad.

Entiendo perfectamente que lo que te estoy diciendo te parezca increíble. No te estoy pidiendo que creas ciegamente en lo que te digo, solo te pido que abras tu mente y consideres esa posibilidad. No la descartes de inmediato. Permítete pensar que harías con tu vida si realmente todo dependiera de ti, si el poder para hacer de tu vida lo que quieras fuera realmente tuyo. Haz la prueba. No tienes nada que perder. Ahora te sientes desposeído de todo, a merced de circunstancias que confabulan contra ti. No puedes estar peor. Solo te pido que observes con atención y verás con claridad que esa historia que conforma lo que tú llamas tu pasado no es un guión escrito al azar. Verás que hay un cierto hilo conductor que, más que accidentes, va engarzando oportunidades para aprender unas determinadas lecciones. ¿Cuáles? Tú sabrás. Pero fíjate en que se trata de un plan perfectamente personalizado para ti, para que aprendas algo importante, que en definitiva, nada es realmente importante. Todo tu vida no es más que un pequeño drama que tú te cuentas a ti mismo. Déjalo pasar. Tú estás por encima de eso. Tú eres quien lo ve todo. Quien lo ha inventado y se lo explica a sí mismo. Así que, relájate. No pasa nada. Y si la historia que te has estado contando no te gusta, invéntate otra, o mejor aún, no crees ninguna otra. Eventualmente el repositorio de dramas comedias y tragedias que albergas en tu subconsciente se irá agotando. Y por fin...verás el mundo real.